Jóvenes y adultos disfrutan de una velada inolvidable con las canciones de El Potrillo
Muy pocos artistas logran llegar al Auditorio Nacional y menos aún logran dar más de una decena de presentaciones en toda su carrera. Por ello, para el cantante Alejandro Fernández, llegar a los 100 shows en el Coloso de Reforma fue algo digno de celebrar.
A lo largo de sus más treinta años de carrera musical, Alejandro se ha presentado en un sinfín de escenarios, pero en sus palabras ninguno como el Auditorio, donde debutó en 1983. Es por ello que llegar al centenar de shows en ese foro fue algo que sus fans le celebraron.
Fernández fue recibido poco antes de las 21:00 horas por seguidores con una estruendosa ovación y aplausos desmedidos cuando el intérprete subió al escenario, gesto que agradeció iniciando la velada con un tema de Roberto Carlos.
Al igual que su padre, El Potrillo hizo uso de la tecnología con unos imponentes juegos de luces y pantallas gigantes.
»Se me va la voz», »Cuando digo tu nombre», »Estuve», »Que voy hacer», »Desahogo» y »Hoy tengo ganas de ti» fueron algunas de las canciones con las que el tapatío se ganó a su público, que en esta ocasión fue heterogéneo al mezclar a los adultos que lo siguen desde sus inicios con los jóvenes que ya hicieron suyos sus temas.
Como siempre, Alejandro no llegó sólo al escenario, pues sus más de diez acompañantes -entre músicos y coristas- estuvieron con él para que interpretara canciones como »Cóncavo y convexo», »Canta corazón» y »Te lo dije cantando».
Uno de los momentos claves en cualquier concierto (al menos de los Fernández) es cuando llega el mariachi, y en esta ocasión no fue la excepción, pues fue a partir de este momento cuando el público se levantó a bailar.
»Mátalas», »Que lastima», »Cascos ligeros», »Abrázame», »No», »Nube viajera», y »Tantita pena» fueron los himnos con lo que el cantante celebró sus raíces en la música y con las que el público disfrutó una velada en las que le reiteró su amor a Alejandro.
Además de reafirmar su amor por México en más de una ocasión, también alabó a uno de los más reconocidos compositores mexicanos: Armando Manzanero, al entonar »No», tema que fue coreado por todo el Auditorio.
Para finalizar la velada, el cantante se tomó el tiempo para homenajear a su padre Vicente, a quien celebró interpretando temas clásicos del Charro de Huentitán como: »Hermoso cariño», »Mujeres divinas», así como »Estos celos».