A pesar de la enfermedad incurable que padece, el cantante venezolano José Luis Rodríguez, el Puma, afirma sentirse «en franca mejoría» y lo demuestra con la reciente publicación del libro «El Puma y yo» y el disco «Directo al espíritu».
«No puedo ir a las alturas todavía, pero en el nivel del mar no tengo ningún problema, puedo cantar, hacer ejercicio; estoy en franca recuperación», dijo en entrevista con Efe en Miami (EE.UU.) el popular cantante, que padece fibromatosis pulmonar.
A sus 71 años, el Puma se mostró rotundo al decir que se siente «muy bien» tras un tratamiento de células madre que se aplica anualmente y que le ha hecho sentirse «muy bien».
Además de este tratamiento, el cantante de «Culpable soy yo» o «Pavo real» aseguró que el aspecto mental es fundamental para recuperarse de cualquier enfermedad: «La mente y el espíritu son más fuertes que el cuerpo».
El Puma fue diagnosticado de fibromatosis pulmonar en 2007 y desde entonces ha seguido trabajando mientras mantenía esta condición en silencio, pero en septiembre pasado publicó su libro «El Puma y yo», en el que reveló que padecía esta enfermedad incurable.
Antes de eso, a inicios de año, surgieron noticias de su muerte, que el cantante desmintió de inmediato a través de las redes sociales.
«Salió por ahí que yo había partido del cuerpo. Hubo gente que lloró, que se entristeció muchísimo. Lo más absurdo era que me llamaban a mi teléfono celular para saber si estaba vivo. ‘¡No puede ser -yo les decía-, esto es una llamada del cielo, realmente me dieron un permiso para hablar contigo nada más’. ¡Cómo puede ser que me he muerto y tenga teléfono!», recordó entre carcajadas.
«La broma pasó, gracias a Dios, pero sentí el cariño de la gente, muy fuerte; muy pocos se alegraron (de su muerte)», explicó.
Por eso, dijo que tiene en «alta estima» el cariño que recibe desde Iberoamérica, aunque ya no siente la «necesidad de triunfar».
«Estoy en la necesidad de ser, lo que yo soy por dentro y por fuera. Es un compromiso moral, espiritual y profesional de seguir. Uno lo que hace es no tratar de defraudar a la gente que ha depositado amor, cariño y confianza en lo que uno hace», afirmó.
Además de revelar su enfermedad, en el libro «El Puma y yo» relata memorias y secretos nunca antes contados de su vida personal y profesional.
Además del libro, el músico acaba de publicar un disco de temas espirituales, de corte góspel, titulado «Directo al espíritu», grabado en estudios de Miami, Caracas y Buenos Aires bajo la producción del cubanoestadounidense París Cabezas.
«Hubo varios músicos, varios directores, varios productores, una mezcla de ritmos muy sabroso, algunos caribeños, otros vienen de Europa, otros del sur», explicó sobre un álbum que contiene 13 canciones, de las cuales ocho son «rítmicas y otras cinco que pudieran ser baladas».
El disco, que tiene el sello el productor y compositor español José Chema Purón en la dirección vocal, cuenta con temas que han sido clásicos en voz del Puma como «El hombre de la Cima» o «El Guía», que fueron grabados por el artista venezolano hace 30 años.
También grabó «Aleluya», original del cantautor español Luis Eduardo Aute, que la hizo famosa el desaparecido cantante venezolano Cherry Navarro, y dos nuevas versiones de «El himno a la alegría» y «Desiderata».
A pesar de sus más de 50 años de carrera musical, el Puma dice que aún le falta mucho por vivir y hacer, y por eso prepara nuevos proyectos.
«Hay unos tres proyectos que no puedo decir ahora, pero, por esta libertad que tengo ahora, me permite Dios realizar mis sueños, esas cosas que estaban guardadas y no podía por los contratos discográficos», aseguró.
Preguntado por su país, el Puma se mostró muy crítico con la situación social y política «irreversible» que se vive en Venezuela y opinó que el actual modelo político «no funcionó, no funciona ni va a funcionar».
«Esa Venezuela gloriosa, abundante, llena de artistas, ya no existe», dijo el músico, que critica abiertamente al Gobierno venezolano a través de las redes sociales, pues tiene la teoría de que «el que guarda silencio es cómplice».